Bienvenidos a una nueva crítica en mi blog "Groove Metal Enjoyer". El día de hoy hablaremos sobre los inigualables Sepultura, una crítica y biografía sobre su carrera en el mundo del metal. 
Los orígenes en Brasil
Sepultura nació en Belo Horizonte, Brasil, en 1984, de la mano de los hermanos Max e Igor Cavalera. Inspirados por la crudeza del thrash y death metal de bandas como Slayer, Venom y Celtic Frost, comenzaron a ensayar con instrumentos precarios, demostrando desde el inicio que la pasión podía suplir la falta de medios. La escena brasileña en aquel entonces era prácticamente inexistente, por lo que Sepultura fue pionera en abrir camino para que el metal latinoamericano tuviera reconocimiento mundial.
Su primer trabajo importante, Morbid Visions (1986), ya mostraba un sonido áspero, cargado de riffs acelerados y una estética oscura muy marcada. Aunque todavía era un grupo en desarrollo, puso a Sepultura en el mapa de la prensa underground internacional.
El ascenso internacional
La evolución real llegó con Schizophrenia (1987), donde la banda incorporó mayor complejidad compositiva y consolidó a Andreas Kisser en la guitarra, quien se convirtió en pieza clave para el futuro del grupo. Este álbum mostró que Sepultura no era solo ruido extremo, sino una propuesta con ambición y técnica.
El giro tribal y la consagración
El paso definitivo llegó con Chaos A.D. (1993) y Roots (1996). Aquí Sepultura se desmarcó del thrash clásico y abrazó un sonido más groove, influenciado por la percusión tribal brasileña y ritmos nativos. Roots en particular fue un disco revolucionario: combinaba guitarras afinadas muy graves, percusión indígena grabada en la selva amazónica y letras cargadas de identidad cultural. Este trabajo influyó directamente en el nacimiento del nu metal y en el interés por fusionar metal con sonidos autóctonos.
Con Roots, Sepultura pasó de ser “una gran banda de thrash” a un fenómeno mundial que sonaba en festivales masivos, al lado de Metallica, Pantera y Slayer.
La ruptura y nuevas etapas
La gloria coincidió con la crisis: en 1997 Max Cavalera dejó la banda tras conflictos internos y formó Soulfly. Esto dividió a los fans y marcó un antes y un después. Pese al golpe, Sepultura continuó con Derrick Green en la voz. El cambio fue polémico: algunos fans nunca aceptaron la nueva etapa, pero la banda mantuvo una carrera sólida con discos como Against (1998), Nation (2001) y A-Lex (2009).
Aunque el estilo se alejó de la furia original, Green aportó un registro potente y versátil. La banda experimentó con elementos industriales, percusión brasileña y hasta adaptaciones literarias (A-Lex está inspirado en La naranja mecánica de Anthony Burgess).
En 2006, otro de los pilares, Igor Cavalera, también dejó el grupo. Sin embargo, Andreas Kisser se consolidó como el motor creativo y mantuvo viva la llama.
Etapa reciente
Sepultura siguió editando discos con gran calidad, como Kairos (2011), The Mediator Between Head and Hands Must Be the Heart (2013) y Quadra (2020). Este último fue muy bien recibido, considerado un regreso a la inspiración, mostrando un equilibrio entre thrash, groove y experimentación progresiva.
Crítica general
Hablar de Sepultura es hablar de evolución constante:
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Punto fuerte: la capacidad de reinventarse y no quedar atados a una sola fórmula. Pasaron del death/thrash crudo a la experimentación tribal y a propuestas modernas sin miedo a arriesgar. - 
Debilidad: la ruptura con los Cavalera dividió a la base de fans y dejó la sensación de que la banda tuvo dos vidas diferentes. Para muchos, la “verdadera” Sepultura terminó en Roots.
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Legado: fueron la primera banda sudamericana en conquistar la escena mundial del metal, abriendo camino para infinidad de grupos latinos. Su impacto cultural es tan grande como su música.
 
Conclusión
Sepultura es mucho más que un nombre histórico: es el ejemplo de cómo un grupo nacido en la periferia del metal mundial logró no solo alcanzar la cima, sino también transformar el género. Ya sea en la era Cavalera o en la actual con Derrick Green, su influencia se siente en cada riff pesado y en cada mezcla entre metal y raíces culturales.
En definitiva, Sepultura no es solo una banda de metal, es un símbolo de resistencia, reinvención y orgullo brasileño.



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